La probabilidad de un suceso nos muestra el grado de confianza que tenemos en que un suceso ocurra. La expresamos con un número entre 0 y 1. P(E) = 1, P(ф) = 0.
Ejemplos: tiramos 1000 veces una moneda o dejamos caer una chincheta 1000 veces, y obtenemos:
Moneda | fi | hi |
cara | 483 | 0.483 |
cruz | 517 | 0.517 |
Σ | 1000 | 1 |
chincheta | fi | hi |
327 | 0.327 | |
673 | 0.673 | |
Σ | 1000 | 1 |
Vemos que las frecuencias relativas en el ejemplo de la moneda están próximas a 0.5. Esto es lógico, y la frecuencia es muy próxima a la probabilidad del suceso: P(C) = P(+) = 0.5
Por otro lado, las frecuencias relativas del caso de la chincheta distan de 0.5 y sus probabilidades son desconocidas, pero seguramente están próximas a las frecuencias relativas obtenidas.
“Ley de los grandes números”: cuando repetimos un experimento aleatorio muchas veces, la frecuencia relativa de cada suceso es muy parecida a su probabilidad.
Si tenemos un experimento aleatorio, como el de la moneda, podemos evaluar la probabilidad a priori, poniendo la misma probabilidad a todos los casos posibles.
Si la experiencia no es regular, no sabremos a priori la probabilidad de los sucesos, y tendremos que hacer experimentos para averiguarla.